miércoles, 30 de marzo de 2011

Pienso...

Pienso es ti con alegría,
pienso en ti con ironía,
y aquel día,
pense en ti al redactar esta poesía.


Nos peleamos,
nos reconciliamos,
pero siempre me diviertes,
aunque no este siempre.


Me das lo que quiero,
cuando mi madre no me lo da,
eres diferente,
que los demas.


Vives lejos,
pero parece que estas cerca,
me llamas por teléfono,
y crece una grosella.


Y de tanto pensar en ti,
decidí,
que este poema,
te lo dedico a ti.
--Dedicado a mi tío Jesús--

lunes, 21 de marzo de 2011

El robot del corazón de piedra

Perpout era un noble inventor de artilugios. Hacia cualquier cosa por satisfacer a sus clientes, y sobre todo por descubrir nuevas invenciones.
Un día un tal " Don Tuert " vino pidiendo un costoso robot de hojalata, pero con una condición confiaria en Pepout, si el robot tenía el corazón de piedra. A Pepout no le importó, acepto sin pensarselo dos veces.
Al día siguiente Pepout fue a buscar todo lo necesario. Lo primero que busco fue una piedra plana, a la que a la que enchufo unos cuantos chismes para que funcionara.
Despues cogió un buen montón de hojalata y empezó con el trabajo. Tardo dos días y medio, pero mereció la pena, pues ese robot servia para todo, pero menos para amar, pues tenia el corazón de piedra.
Esto no le gustaba nada a Pepout, pues todo el mundo tiene derecho a amar, así que lejos de satisfacer o no a su cliente le puso un corazón de algodón, es decir, sensible y seguro de si mismo.
Pou que así se llamaba el robot se convirtio en su mejor amigo, y claro, en su mejor invento.