lunes, 21 de marzo de 2011

El robot del corazón de piedra

Perpout era un noble inventor de artilugios. Hacia cualquier cosa por satisfacer a sus clientes, y sobre todo por descubrir nuevas invenciones.
Un día un tal " Don Tuert " vino pidiendo un costoso robot de hojalata, pero con una condición confiaria en Pepout, si el robot tenía el corazón de piedra. A Pepout no le importó, acepto sin pensarselo dos veces.
Al día siguiente Pepout fue a buscar todo lo necesario. Lo primero que busco fue una piedra plana, a la que a la que enchufo unos cuantos chismes para que funcionara.
Despues cogió un buen montón de hojalata y empezó con el trabajo. Tardo dos días y medio, pero mereció la pena, pues ese robot servia para todo, pero menos para amar, pues tenia el corazón de piedra.
Esto no le gustaba nada a Pepout, pues todo el mundo tiene derecho a amar, así que lejos de satisfacer o no a su cliente le puso un corazón de algodón, es decir, sensible y seguro de si mismo.
Pou que así se llamaba el robot se convirtio en su mejor amigo, y claro, en su mejor invento.

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